sábado, 28 de junio de 2014

Investigación Antropológica



El arte simbólico corporal es fruto de una investigación que lleva más de treinta años.

Es un proceso a través del cual llego al reconocimiento de la presencia de símbolos en un tipo particular de dibujo, que realiza la persona que consulta.


A través del mismo y sin tener conciencia de ello hay un mensaje, un pedido de ayuda para poder decir algo que nunca antes fue dicho. Se expresa claramente un grito silenciado.


Por algún tipo de violencia vivida a temprana edad, se ha generado una marca, que por la intensidad del sufrimiento no fue tolerada y queda impresa.


Una escena que esa energía dibuja y plasma, congelando esa vivencia. Queda conviviendo, encapsulada silenciada a la conciencia, pero siendo el motor de nuestra existencia.



Esa escena explica nuestro dolor, nos muestra la raíz del problema y el camino hacia lo que podemos llamar una transformación.

Tomo el dibujo y hago una interpretación, luego de decodificar la simbología que voy encontrando en el mismo, con la cual la persona cuenta su historia

La devolución es un ritual con una pintura que yo misma hago de la imagen que la interpretación de los símbolos devela.


Llego a la interpretación de los mismos, al reconocimiento del dibujo como escritura arcaica, como pintura del alma, como dibujo sagrado.

La decodificación de esos símbolos, permite la lectura del dibujo como texto.
Cada persona tiene un relato, una secuencia, una escena, una forma onírica, un modo personal y único de simbolizar, con una organización témporo - espacial, que puede ser dibujada.

Hay una vivencia muy íntima, que condensa una energía, que se representa a través de formas originales.

Como dice Carl Jung “esos símbolos son tan antiguos y desconocidos para el hombre moderno que no puede entenderlos, directamente...o es posible que necesite ayuda para descubrir el valor permanente de un viejo símbolo que lejos de estar muerto, trata de renacer, en forma moderna...”

Para Jung la imagen arquetípica representa no solamente algo que existe ahora....no es un vestigio...es algo funcionando en el presente.

Esta investigación encuentra sus raíces en las curaciones en arena de los Navajos, en las pinturas primitivas de los australianos, en los petroglifos, en el arte en las piedras, en su simbología, en los orígenes de la escritura, en los sellos del Indo, en el periodo Babilónico, en los pictogramas, psicogramas. En los mitos y ritos más antiguos.

Es un dibujo lleno de contenidos escindidos de la conciencia.

Hay formas artísticas, simbólicas. Escenas, formas originales, únicas, instaladas como marcas que viven en cada persona.


Éstas son ignoradas por la conciencia, pero son el motor de su existencia. Estas escenas están impresas como obras de arte sagrado en el cuerpo.

Decodificar lo expresado en el dibujo permite una reflexión sobre un aspecto escindido. En ese sentido el arte simbólico corporal es un puente entre la persona que se dibujó y sus símbolos. Parafraseando a Krishnamurti: “todo lo separado genera sufrimiento”.









Las personas que han pasado por esta experiencia dicen reconocer su propia voz, en la devolución. Ellos tienen en la pintura-diagnóstico, un mapa de su alma. Esto es sanación a través de la pintura, la metáfora y un diálogo en el encuentro espiritual.

A partir de la propia pintura, acompaño a las personas con todos los recursos que las ayuden a comprender esa voz. Que ha sido develada pero no por ello escuchada.

Diferentes técnicas corporales, como yoga, eutonía, reiki, danzaterapia, y la práctica del zen, son utilizadas con el fin de que el cuerpo comprenda.

La devolución o transmisión de su contenido interpretado, es un ritual. Es la resignificación de un sentido perdido.

Es restituir un conocimiento esencial.

Es descubrir la presencia de la simbología universal en estos dibujos.

Reconociendo el propio dibujo, con la ayuda de la intérprete, el viajero va reconstruyendo lo fragmentado, integrando lentamente aquellas cosas que le fueron negadas a la conciencia durante años.


Los ayuda a descifrar el porqué de su dolor, de su sufrimiento.

El dibujo muestra un camino, una ruta, habla desde una profundidad. Presenta una dificultad que el dibujante no ve.

Solo puede comprenderlo el que lo vive. Donde vale, como dicen los navajos: al ver-escuchar la propia pintura, la respuesta viene desde el cuerpo, "si se eriza la piel, si genera emoción, estamos en el camino correcto”.

Es pasar a ser protagonista, ponerse activo frente a una construcción. Hasta ese momento manejaba por completo desde su accionar silencioso. Ahora es presencia viva.

El dibujo pasa a ser un dispositivo, una herramienta a través de la cual se va construyendo otra realidad.

Muchas mujeres, o parejas con problemas para embarazarse, han encontrado en el arte simbólico corporal un camino diferente para despejar marcas históricas logrando la sanación del cuerpo y del alma, necesaria para generar la concepción.

Marta Pechman