domingo, 24 de enero de 2016

Pinturas Diagnósticas




Cada persona tiene un relato, una secuencia, una escena
una forma onírica, un modo personal y único de simbolizar.

Cada persona tiene su propio dibujo interno.

La persona tiene en su dibujo un mapa del alma.

Hay una energía que se imprime en cada trazo al dibujarse,
no hay un punto demás,
el significado es intenso, profundo.

Es un grito del alma que pide ser escuchado

Un cuerpo dentro de otro,
uno que vive desde sus marcas

y otro que pide vivir desde su esencia.






sábado, 28 de junio de 2014

Investigación Antropológica



El arte simbólico corporal es fruto de una investigación que lleva más de treinta años.

Es un proceso a través del cual llego al reconocimiento de la presencia de símbolos en un tipo particular de dibujo, que realiza la persona que consulta.


A través del mismo y sin tener conciencia de ello hay un mensaje, un pedido de ayuda para poder decir algo que nunca antes fue dicho. Se expresa claramente un grito silenciado.


Por algún tipo de violencia vivida a temprana edad, se ha generado una marca, que por la intensidad del sufrimiento no fue tolerada y queda impresa.


Una escena que esa energía dibuja y plasma, congelando esa vivencia. Queda conviviendo, encapsulada silenciada a la conciencia, pero siendo el motor de nuestra existencia.



Esa escena explica nuestro dolor, nos muestra la raíz del problema y el camino hacia lo que podemos llamar una transformación.

Tomo el dibujo y hago una interpretación, luego de decodificar la simbología que voy encontrando en el mismo, con la cual la persona cuenta su historia

La devolución es un ritual con una pintura que yo misma hago de la imagen que la interpretación de los símbolos devela.


Llego a la interpretación de los mismos, al reconocimiento del dibujo como escritura arcaica, como pintura del alma, como dibujo sagrado.

La decodificación de esos símbolos, permite la lectura del dibujo como texto.
Cada persona tiene un relato, una secuencia, una escena, una forma onírica, un modo personal y único de simbolizar, con una organización témporo - espacial, que puede ser dibujada.

Hay una vivencia muy íntima, que condensa una energía, que se representa a través de formas originales.

Como dice Carl Jung “esos símbolos son tan antiguos y desconocidos para el hombre moderno que no puede entenderlos, directamente...o es posible que necesite ayuda para descubrir el valor permanente de un viejo símbolo que lejos de estar muerto, trata de renacer, en forma moderna...”

Para Jung la imagen arquetípica representa no solamente algo que existe ahora....no es un vestigio...es algo funcionando en el presente.

Esta investigación encuentra sus raíces en las curaciones en arena de los Navajos, en las pinturas primitivas de los australianos, en los petroglifos, en el arte en las piedras, en su simbología, en los orígenes de la escritura, en los sellos del Indo, en el periodo Babilónico, en los pictogramas, psicogramas. En los mitos y ritos más antiguos.

Es un dibujo lleno de contenidos escindidos de la conciencia.

Hay formas artísticas, simbólicas. Escenas, formas originales, únicas, instaladas como marcas que viven en cada persona.


Éstas son ignoradas por la conciencia, pero son el motor de su existencia. Estas escenas están impresas como obras de arte sagrado en el cuerpo.

Decodificar lo expresado en el dibujo permite una reflexión sobre un aspecto escindido. En ese sentido el arte simbólico corporal es un puente entre la persona que se dibujó y sus símbolos. Parafraseando a Krishnamurti: “todo lo separado genera sufrimiento”.









Las personas que han pasado por esta experiencia dicen reconocer su propia voz, en la devolución. Ellos tienen en la pintura-diagnóstico, un mapa de su alma. Esto es sanación a través de la pintura, la metáfora y un diálogo en el encuentro espiritual.

A partir de la propia pintura, acompaño a las personas con todos los recursos que las ayuden a comprender esa voz. Que ha sido develada pero no por ello escuchada.

Diferentes técnicas corporales, como yoga, eutonía, reiki, danzaterapia, y la práctica del zen, son utilizadas con el fin de que el cuerpo comprenda.

La devolución o transmisión de su contenido interpretado, es un ritual. Es la resignificación de un sentido perdido.

Es restituir un conocimiento esencial.

Es descubrir la presencia de la simbología universal en estos dibujos.

Reconociendo el propio dibujo, con la ayuda de la intérprete, el viajero va reconstruyendo lo fragmentado, integrando lentamente aquellas cosas que le fueron negadas a la conciencia durante años.


Los ayuda a descifrar el porqué de su dolor, de su sufrimiento.

El dibujo muestra un camino, una ruta, habla desde una profundidad. Presenta una dificultad que el dibujante no ve.

Solo puede comprenderlo el que lo vive. Donde vale, como dicen los navajos: al ver-escuchar la propia pintura, la respuesta viene desde el cuerpo, "si se eriza la piel, si genera emoción, estamos en el camino correcto”.

Es pasar a ser protagonista, ponerse activo frente a una construcción. Hasta ese momento manejaba por completo desde su accionar silencioso. Ahora es presencia viva.

El dibujo pasa a ser un dispositivo, una herramienta a través de la cual se va construyendo otra realidad.

Muchas mujeres, o parejas con problemas para embarazarse, han encontrado en el arte simbólico corporal un camino diferente para despejar marcas históricas logrando la sanación del cuerpo y del alma, necesaria para generar la concepción.

Marta Pechman


jueves, 30 de mayo de 2013

Obra de arte sagrada

Ejemplos de pinturas realizadas a través de la técnica del Arte Simbólico Corporal

Por Marta Pechman





La persona tiene en su dibujo un mapa del alma. Hay formas artísticas, simbólicas, escenas, formas originales, únicas, instaladas como marcas que viven en cada persona,

Estas son ignoradas por la conciencia, pero son el motor de su existencia,
Están impresas como obra de arte sagrada en el propio cuerpo.





La precisión y certeza con la cual los dibujos se expresan permiten sostener que hay una inteligencia de la forma.

La paradoja es que quien dibuja no puede comprender esa expresión propia.

Al ser comprendido, integrado y restituido el contenido escindido, al producirse el encuentro de la persona con sus símbolos, el dibujo adquiere una función transformadora.

Las personas recuperan su sentido, logran pensar con el cuerpo, recuperando sentimientos, en una práctica de espiritualización en lo cotidiano.
Es un modo diferente de estar en la vida.







Parafraseando a Carl Jung, podemos decir que esos símbolos son tan antiguos y desconocidos para el hombre moderno, que no puede entenderlos o asimilarlos directamente... O es posible que necesite ayuda para descubrir el valor permanente de un viejo símbolo, que lejos de estar muerto, trata de renacer en forma moderna.

La imagen arquetípica representa no solamente algo que existió en el pasado, sino algo que existe ahora, no es un vestigio, es algo funcionando en el presente.


Dice Nice Da Silveira: 

"Actualmente el dibujo y la pintura son aceptados por la mayoría de los investigadores como métodos de diagnóstico, pero todavía no son muchos los que atribuyen una real eficacia terapéutica al acto de dibujar y pintar.

"Aquel que estudie la psiquis en profundidad verificará, muchas veces sorprendido, estrechas semejanzas entre contenidos emergentes del inconsciente de individuos contemporáneos y aquellos encontrados por la ciencia arqueológica.

"No nos interesa descomponer la imagen simbólica, o disecarla intelectualmente .
Nos esforzamos en entender el lenguaje de los símbolos colocándonos en la posición de quien aprende (re-aprende un idioma). Esa es nuestra intención cuando estudiamos los símbolos y sus paralelos con la arqueología, la mitología, la historia del arte y las religiones.

Será preciso estar atentos a conocer algo del lenguaje de los símbolos para acompañar el proceso de desdoblamiento de imágenes que da como resultado series que tornan "visible lo invisible" (Paul Klee)."


Fuente:"Imágenes del Inconciente", Dra. Nice Da Silveira, Fundación Proa.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

El camino del símbolo



Me fui transformando en investigadora de la simbología del arte en la piedra, de las pinturas en las cuevas prehistóricas, partiendo de la interpretación de una simbología encontré en imágenes producidas en el presente. 

Hay allí un conocimiento, el de la psiquis del hombre contemporáneo, con su cosmovisión, y la del hombre prehistórico.

El antropólogo francés Jean Clottes ha hecho un trabajo muy interesante en la búsqueda de la interpretación de ese arte en diferentes lugares del planeta. Encuentro mucha afinidad con su manera de ver este arte.


Ceremonias, rituales, sanaciones parecen haber sido el origen de estas manifestaciones artísticas.


Estos núcleos simbólicos, llenos de significados, en los que me encuentro trabajando desde hace más de veinte años, develan la cosmovisión del hombre contemporáneo y la de los primeros hombres que dejaron su huella en la piedra.
Dibujos y pinturas que revelan un conocimiento.


Carl Jung decía que esa simbología está viva y puja por emerger, que quizás no sea posible su comprensión a simple vista, se requiere de un entrenamiento en la lectura, hoy podríamos nutrirnos del saber de los antropólogos de la imagen, de la antropología visual.





En esas expresiones hay una narración, se asemejan en algún sentido a la técnica usada por los aborígenes australianos. Ellos sabían que sus obras de arte sagradas no iban a ser comprendidas, que se requería una iniciación para llegar a una profundidad, y poder ver mas allá de lo que el ojo ve. Si el artista es quien está entre el cielo y la tierra, el arte rupestre merece ser llamado arte. Ya que hay allí una energía plasmada en cada trazo, que denota una conexión espiritual que ellos sabían muy bien cómo integrarla a la piedra, porque las rugosidades de la misma formaban parte del mensaje.

Esas pinturas hechas en trance eran la memoria,Lo mismo sucede con las pinturas del arte simbólico corporal, hay una memoria energética que dibuja un saber silenciado en los pliegues de la piel, al dejar la marca dibujada, se pone en marcha un recorrido de restitución de saberes necesarios a la conciencia para lograr acomodar esos aspectos escindidos hay que volver allá y reencontrarse con el conocimiento ancestral.


Y
claro que en ese ir hacia allá, y volver, hay un enorme reconocimiento de la cultura ancestral, los pueblos originarios merecen el tan negado reconocimiento de su sabiduría.


Mi deseo, dentro de mi pequeño aporte es generar más allá de todo, ese reconocimiento.

domingo, 1 de agosto de 2010

Marcas de la violencia social en el cuerpo




¿Cuánto tenemos marcado en nuestro propio cuerpo de toda la violencia vivida históricamente?

¿Qué pasaría si supiéramos que adentro es igual que afuera?

Que la violencia social está impresa como marca energética, que puede leerse en el cuerpo.

Que los síntomas tanto físicos como psicológicos, obedecen en muy buena medida a una falta de conocimiento sobre esta determinación.

Que la violencia ancestral está viva en cada pliegue de nuestra piel.

Y que vivimos ajenos a estas marcas, así como nos enajenamos de nuestras raíces.

Que todo este renacer de la espiritualidad de los pueblos originarios, tiene que ver con una necesidad de reparación no solamente social, sino personal.

Que la vida actual, separada de rituales, nos sumerge en una falta de sentido.


Que estos rituales en el hombre contemporáneo viven y se realizan en su interior, aún los más antiguos.

Que las pinturas originarias tienen un correlato en la vida moderna. En las cuevas el chaman dibujaba para no olvidar lo que veía en trance, buscando la sanación del enfermo en la sabiduría de los Dioses; Hoy se demuestra la eficacia del arte sanador, develando conocimientos olvidados, pero más que nunca necesarios.

Marcadas en el cuerpo hay escenas que contienen toda la memoria.

Hoy recurrimos a experiencias energéticas, al movimiento del cuerpo como movimiento del alma, a la meditación, a la danza ritual, a los cantos devocionales y a muchísimas prácticas que nos ayudan a recuperar el sentir y el sentido de ser parte.

Es muy importante reflexionar y transmitir, si comprendemos que nada es separado, que todas las especializaciones convergen en un mismo centro. 
Y que los profesionales interesados en esta cosmovisión, quizás podamos integrar conocimientos para generar un cambio profundo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

El útero que aprende a respirar


 Fertilidad en el centro de la transmisión


El camino a recorrer cuando el embarazo anhelado no llega puede ser transitado como un viaje hacia dentro. Hay paisajes internos que necesitan ser iluminados.

Hay un camino, hay una escena, hay una necesidad del reconocimiento de la escena como escena viva. Es otro lenguaje, es comprender cómo hay violencias que no son vividas como tales. Es recuperar la sonrisa interna, es el encuentro con un útero vibrante y deseoso, con óvulos que anhelan ser encontrados por el esperma que llega amoroso. Las energías que mueven los rituales, tocar para despertar al propio cuerpo. Soltar las marcas dolorosas que, como marcas anticonceptivas, reviven dolores ocultos que, al ser develados por la escena diagnóstica, empiezan a estar fuera.

Energías femeninas, energías masculinas. Necesidad de entrar al cuerpo-cueva para iluminar lo que allí hay dibujado. Dibujos vivos que respiran un dolor ancestral. Sí, una escena vivida por nuestros ancestros exige ser llevada a la conciencia, requiere de una reflexión. Es el momento de un reparimiento, es nuestro volver a nacer, a encontrarnos, animarnos a vivir desde nuestra propia naturaleza.

Este dibujo es una radiografía emocional. Cada uno al verla tendrá sus impresiones:




Una mujer que ha perdido un embarazo y no logra volver a concebir otro es la que imprime estos trazos, de acuerdo a la técnica del arte simbólico corporal. Hay una mano tapando sus genitales.

Luego de indagar en la simbología que se presenta en este dibujo, llega su interpretación.



En la misma se devela que hay un dolor, en el medio de una tragedia vivida por su madre. (En los genitales se observa el mismo color de aquellas energías emocionales vinculadas con la madre. 


Estas marcas  funcionan como anticonceptivas)Ese dolor vivido por ella en sus primeros años ha sido difícil de soportar. Queda impreso en las paredes de su cuerpo/cueva. Una escena adormecida a su conciencia. Con la pérdida de su embarazo, esta escena es tocada. Ella embarazada frente al dolor intenso de la pérdida querida. De allí en más sólo va a haber una repetición de esa marca: pérdidas; el dolor de una madre que pierde (el de la tragedia de la madre).

Poder mirar esta escena, poder comprender lo viva y activa que está hoy, da lugar a un camino de conciencia hasta lograr sacarla del cuerpo. Es ahí cuando se produce el embarazo.

Aquí la imagen de 15 días de gestación:



Esta es una nueva radiografía emocional, de acuerdo al arte simbólico corporal. Ya no hay tragedia funcionando como anticonceptiva, sino una enorme felicidad en su cuerpo de mamá.

Felicidad. No una mamá desesperada como lo fue la suya, sino una mamá agradecida de anidar en su vientre a su bebé.


El dibujo del A.S.C. muestra lo que nos quita el aire, lo que deja nuestra respiración sometida a formas que no son nuestras, lo que hay que conscientizar, para poder soltar.

En la búsqueda del embarazo, todo esto se reactualiza, quedando como escena viva dentro de nuestro cuerpo. El dibujo revela la forma del dolor. Y así como fue generado por vía energética, por la misma vía hay que soltarlo, es desde el cuerpo que somos, es desde nuestras emociones.


El útero que respira, se embaraza.


sábado, 1 de agosto de 2009

El hombre que reencuentra los rituales

Hay un templo, allí están las sacerdotisas esperando. Los hombres entran sin saber por  qué, pero algo los atrae. La mujer conduce al hombre, lo invita a que se siente, lo alumbra con una luz y lo invita a que cierre sus ojos. Son gestos, amorosidad, no hay palabras. Al cerrar sus ojos,  el hombre va sintiendo su interior, su respiración, su mente, se relaja. Imágenes, sueños, deseos… despiertan emociones dormidas. Abre sus ojos acompañado por la sacerdotisa, se ven los efectos de esta ceremonia de transformación, es evidente una energía que le hace brillar la mirada. Se despide con emoción y agradecimiento.

Cuando el hombre se encuentra con sus imágenes, sus dibujos, se reencuentra con sus vivencias históricas. En el silencio mental, conectado con su respiración, la energía de esos trazos lo toca. Emerge una historia, la propia, grabada, marcada en él. Puede palpitar con una escena que les es propia pero ajena a su conciencia. Iluminar esas circunstancias lo van acercando a sí mismo.

Desde este lugar  y con mi trabajo de investigación sobre el arte simbólico corporal, que revela un mensaje inscripto en el cuerpo de las personas, recibo a las parejas que consultan. Ahí soy una intérprete, una facilitadora que acompaña en el camino de restituir energías escindidas, con el enorme desafío de transmitirles “su verdad”. Una invitación a un viaje, al de sus sueños, sus deseos. Un viaje en el que somos acompañados por algunas comunidades originarias, los Huicholes, los Australianos, los Navajos. Y donde el gran presente es el cuerpo, el cuerpo con sus marcas. Vienen con nosotros también las piedras con su sabiduría, las llamadas “abuelas”. Y un equipaje de prácticas corporales, el reiki, la eutonía, el yoga, la danza terapia y las posturas llamadas del “chamán extático”. Y siempre viene con nosotros una invitación a la práctica del budismo zen, zazén.

Un mundo y otro mundo empiezan a encontrarse, la dualidad está en juego…

La O.M.S presentó un informe sobre la baja capacidad reproductiva en el hombre. Es poco abordado el tema, pero las marcas diagnósticas develan crónicas que viven en los cuerpos de los hombres y que dan cuenta de emociones que funcionan como anticonceptivas. 

Los originarios lo decían, con el sexo no alcanza para embarazarse. En los casos en los que la fertilidad se hace costosa, es imprescindible reflexionar sobre esta frase y poner la mirada sobre el hombre, ya que siempre se ha tratado a la mujer. Si bien el embarazo se produce en el cuerpo de la mujer, la fertilidad es un tema de pareja. Y en estas parejas hay una necesidad de iluminar sus historias. Es difícil que se comprenda que es un tema de pareja porque históricamente siempre ha sido tratado de otra forma.

Cuando la mujer deja de llevar sola la “culpa” de no embarazarse, es un alivio inmenso el que tiene, y ahí sí realmente empiezan a “emparejarse” y a emprender un camino que tiene que ver con la fertilidad.

Es un cambio de paradigma mirar qué está pasando con la fertilidad masculina. El informe de la OMS corrobora  que hay algo que está pasando y que todavía no estamos mirando lo suficiente. No parece que la energía masculina tenga un lugar en los tratamientos de fertilidad. El propio hombre desconoce el valor del semen. Cuando baja la capacidad reproductiva, cuando la calidad del semen no es la apropiada para fertilizar, es ahí donde tenemos que hacer este recorrido, porque se observa con la experiencia que sí se producen cambios en la calidad espermática cuando el hombre va recuperando internamente su masculinidad.

Jung dice que cuando hay desequilibrio entre este que somos en la realidad concreta, y aquel otro que vive atravesado por los siglos con sus sueños, deseos, visiones, fantasías, más a la defensiva estamos. Muchas veces los hombres se resisten a las prácticas que los  llevan a escucharse, cuando ellos son los más necesitados. Su costado femenino está dormido y su masculinidad queda en una emboscada.

Sus historias dan cuenta de violencias padecidas, descalificaciones, muchas veces ocupando un segundo lugar, y sus madres apareciendo en posiciones de víctimas. Y esto se reproduce en sus parejas, sus mujeres padecen el no embarazo mes tras mes. Ellos no pueden evitar la repetición de esa escena. Esa marca los lleva sin saberlo, a buscar parejas que reproducen la misma escena. Al estar depositado en la mujer, el tema queda tapado para ellos.


Esta es la imagen de un hombre que consulta por fertilidad:




En su pintura diagnóstica aparece esta escena. Asombra una presencia femenina que lo abarca. Esta escena va develando algo que está  inscripto en su cuerpo pero no en su conciencia. Es la presencia del sufrimiento de su madre, quien padeció muchas pérdidas de embarazos, y a quien la fertilidad marcó con mucho dolor.


Como vemos en este dibujo, su potencia masculina queda entrampada en el cuerpo de la madre.

Este hombre no sabe que tiene la marca del sufrimiento por los problemas sufridos por la madre, esto se revela a través del dibujo.

La marca es el motor de sus acciones, no puede más que repetir. Se va a encontrar, sin saber por qué, con la misma escena siempre. Al encontrar a su mujer, cuando deciden que quieren tener hijos, comienza todo un derrotero porque empiezan a revelarse una cantidad de problemas físicos que lo dejan exactamente en la misma posición. Él solo puede acompañar a su mujer en su dolor, en la misma posición que lo marcó frente a su madre.

Su desesperación es vivida a través de las lágrimas de su mujer, tal como fue vivida en la depresión que le quedó a la madre por las lágrimas vertidas por su propia infertilidad.

Cuando el dibujo le muestra esas marcas le resulta asombroso que aquella situación vivida tantos años atrás tenga esa presencia en su vida hoy. A partir de aquí emprende el camino de transformación para recuperar su propio cuerpo, su energía masculina. El tener la imagen de la escena que lo marca ya es empezar a sacar esa escena de su cuerpo. Ya a partir de aquí la posición no va a ser la misma, ya no es quedarse mirando el dolor de una mujer, la madre, su esposa, sino ocuparse de su propio cuerpo, de su propia energía.

Aquí vemos otras imágenes del arte simbólico corporal de hombres que consultan por temas de fertilidad:


Encuentros donde el relato se dibuja, la palabra la tiene el trazo. Trazo que dice. Hay mil palabras en el discurso de cada persona al llegar, y una sola imagen, una pintura que devela esa voz que, al ser escuchada, toca la emoción.



El camino del hombre para recuperar su energía masculina…

Al producirse la movilidad de la escena en un hombre, cuando sus marcas empiezan a estar fuera del cuerpo, se produce un cambio en la calidad espermática. Pero no es solo eso, sino que hay un cambio en la actitud, un cambio en la energía masculina.

Hay  una práctica llamada del chamán extático, es una forma corporal antigua que al ser vivida por el hombre de hoy acompaña en la restitución de energías que están bloqueadas. Veamos un ejemplo:


Energía espiritual en la potencia reproductiva masculina, “el que tiene la capacidad de hacer el ritual a la orilla del mar para la abundancia de peces”.
Es la imagen de un ritual de fertilidad practicado en Centroamérica. Al cambiar la postura corporal, se transforma la postura interna. Es el inicio de un viaje hacia la recuperación de la energía masculina, donde ponemos en práctica mucho del conocimiento de los pueblos originarios.