miércoles, 1 de septiembre de 2010

El camino del símbolo



Me fui transformando en investigadora de la simbología del arte en la piedra, de las pinturas en las cuevas prehistóricas, partiendo de la interpretación de una simbología encontré en imágenes producidas en el presente. 

Hay allí un conocimiento, el de la psiquis del hombre contemporáneo, con su cosmovisión, y la del hombre prehistórico.

El antropólogo francés Jean Clottes ha hecho un trabajo muy interesante en la búsqueda de la interpretación de ese arte en diferentes lugares del planeta. Encuentro mucha afinidad con su manera de ver este arte.


Ceremonias, rituales, sanaciones parecen haber sido el origen de estas manifestaciones artísticas.


Estos núcleos simbólicos, llenos de significados, en los que me encuentro trabajando desde hace más de veinte años, develan la cosmovisión del hombre contemporáneo y la de los primeros hombres que dejaron su huella en la piedra.
Dibujos y pinturas que revelan un conocimiento.


Carl Jung decía que esa simbología está viva y puja por emerger, que quizás no sea posible su comprensión a simple vista, se requiere de un entrenamiento en la lectura, hoy podríamos nutrirnos del saber de los antropólogos de la imagen, de la antropología visual.





En esas expresiones hay una narración, se asemejan en algún sentido a la técnica usada por los aborígenes australianos. Ellos sabían que sus obras de arte sagradas no iban a ser comprendidas, que se requería una iniciación para llegar a una profundidad, y poder ver mas allá de lo que el ojo ve. Si el artista es quien está entre el cielo y la tierra, el arte rupestre merece ser llamado arte. Ya que hay allí una energía plasmada en cada trazo, que denota una conexión espiritual que ellos sabían muy bien cómo integrarla a la piedra, porque las rugosidades de la misma formaban parte del mensaje.

Esas pinturas hechas en trance eran la memoria,Lo mismo sucede con las pinturas del arte simbólico corporal, hay una memoria energética que dibuja un saber silenciado en los pliegues de la piel, al dejar la marca dibujada, se pone en marcha un recorrido de restitución de saberes necesarios a la conciencia para lograr acomodar esos aspectos escindidos hay que volver allá y reencontrarse con el conocimiento ancestral.


Y
claro que en ese ir hacia allá, y volver, hay un enorme reconocimiento de la cultura ancestral, los pueblos originarios merecen el tan negado reconocimiento de su sabiduría.


Mi deseo, dentro de mi pequeño aporte es generar más allá de todo, ese reconocimiento.

domingo, 1 de agosto de 2010

Marcas de la violencia social en el cuerpo




¿Cuánto tenemos marcado en nuestro propio cuerpo de toda la violencia vivida históricamente?

¿Qué pasaría si supiéramos que adentro es igual que afuera?

Que la violencia social está impresa como marca energética, que puede leerse en el cuerpo.

Que los síntomas tanto físicos como psicológicos, obedecen en muy buena medida a una falta de conocimiento sobre esta determinación.

Que la violencia ancestral está viva en cada pliegue de nuestra piel.

Y que vivimos ajenos a estas marcas, así como nos enajenamos de nuestras raíces.

Que todo este renacer de la espiritualidad de los pueblos originarios, tiene que ver con una necesidad de reparación no solamente social, sino personal.

Que la vida actual, separada de rituales, nos sumerge en una falta de sentido.


Que estos rituales en el hombre contemporáneo viven y se realizan en su interior, aún los más antiguos.

Que las pinturas originarias tienen un correlato en la vida moderna. En las cuevas el chaman dibujaba para no olvidar lo que veía en trance, buscando la sanación del enfermo en la sabiduría de los Dioses; Hoy se demuestra la eficacia del arte sanador, develando conocimientos olvidados, pero más que nunca necesarios.

Marcadas en el cuerpo hay escenas que contienen toda la memoria.

Hoy recurrimos a experiencias energéticas, al movimiento del cuerpo como movimiento del alma, a la meditación, a la danza ritual, a los cantos devocionales y a muchísimas prácticas que nos ayudan a recuperar el sentir y el sentido de ser parte.

Es muy importante reflexionar y transmitir, si comprendemos que nada es separado, que todas las especializaciones convergen en un mismo centro. 
Y que los profesionales interesados en esta cosmovisión, quizás podamos integrar conocimientos para generar un cambio profundo.